Hoy os quiero compartir un mensaje recibido durante la regresión que hice la semana pasada. Desde que la hice, me quedé dándole vueltas. Cuantas veces he ignorado lo que ya se supone que aprendí hace tiempo. Nunca es tarde para volver a centrarnos, y repasar lo aprendido.
Se trata de la manera que tenemos los humanos de reaccionar hacia ciertas personas y sus conductas. Cuando algo nos llama la atención negativamente, nos cegamos en el ego, lo juzgamos, y lo repudiamos sin más. Algunos con más conocimiento de lo transpersonal, se esforzarán en “aceptar todo tal cual es” y olvidar el asunto rápidamente (si pueden). Pero no se trata de eso. Se trata de aprovechar todas las señales, y descifrar el mensaje latente, sabiendo que todos y cada una de las personas que tenemos delante, es nuestro reflejo. Los mensajes son siempre por nuestro bien. Son para nuestra evolución, por eso algunos no son cómodos de digerir ni de aceptar. Queremos creer, que “eso”, no tiene nada que ver con nosotros.
Y aquí comienza la historia de hoy:
La consultante, antes de comenzar la sesión de terapia regresiva, me comentó que estaba contenta. Por fin había podido decir y aclarar con su tutora, una actitud de un compañero de grupo que le molestaba. Este, se excusaba en que no conectaba con su lado femenino escapándose de colaborar en un trabajo colectivo. Mi clienta estaba feliz, no solo porque explicó su punto de vista, sino que también, ya lo había “perdonado” y pasado a otro tema.
Antes de acomodarse en la camilla, me dijo distraídamente, que le dolía mucho la cintura. Pues había estado moviendo macetas y cosas pesadas en su casa el fin de semana. “Pinté, limpié, y puse la terraza a punto, en un día”.
La regresión transcurre, como siempre, fluida y tranquila, descubriendo culpas y condicionantes según se necesitaba para su proceso terapéutico. Ya casi al finalizar, en el espacio que hay entre vida y vida, la recibe un Ser de Luz. Le pido que le pregunte por la cintura (Generalmente, cuando hay un síntoma físico, hago alguna comprobación. Los síntomas físicos son mensajeros muy contundentes). Y aquí viene el verdadero motivo de este artículo de hoy: una contestación recibida desde la Sabiduría Infinita, de una enseñanza que estamos cansados de escuchar, pero aún nos cuesta de aplicar.
“El dolor de tu cintura tiene que ver con el uso de tu energía masculina. Debes recordar que tienes un cuerpo femenino, y tienes que ser más delicada. Debes emplearlo como una mujer. LO PUEDES HACER TODO. Pero con delicadeza.
Te has quejado de tu compañero, por no saber usar la energía femenina, ya que esto le permitiría evolucionar. Y tú tienes que utilizar tu energía masculina con sutileza. ¡Con amor!
Has visto, que tu compañero no emplea su energía femenina… Tienes que tener compasión por él, sin dejar que te interfiera. Debes agradecer lo que te muestra: tú también mal aprovechas tu energía.
Todo está relacionado con el Todo. Tienes que ver el Todo. Cuando algo pasa, es para sanar, o para cambiar una actitud que no te deja evolucionar. Tu ego hace que te quedes atascada en el enojo y en el juicio. Debes ampliar el tercer ojo, y utilizar la intuición para obtener el equilibrio. Para ampliarlo debes ir primero al corazón. Miras desde allí. ¡No te enfades con el mensajero por el mensaje que te trae!
Aplica, una mirada abarcadora que incluya todo más allá de las apariencias, porque el exterior, siempre te muestra un reflejo para tu evolución…
¡Si hubieras hecho esto, hoy no te dolería la cintura! Y ahora, querida, vuelve a tus quehaceres”.
Siempre se aprende en la terapia regresiva. Cuantas veces hemos desaprovechado una oportunidad, juzgando y señalando lo diferente. Se llama proyección, y significa (en términos generales) que todo lo que me molesta del otro, también lo tengo yo, pero, o no quiero admitirlo, o no me lo permito expresar. También sucede a la inversa. La cualidad que admiramos en los demás, también vive en nosotros, si no, no seríamos capaces de apreciarla o verla siquiera.
El comentario final de la clienta fue: ¡Qué cercano sentí al Ser de Luz, me hablaba de igual a igual!
Y sí. En esencia, todos somos Luz, solo que lo olvidamos
¡Feliz semana!
2 respuestas
Hola buenas tardes! Me encantaría venir, te dejo mis datos,
Hola Esther! Te contacto por privado.
Un abrazo